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domingo, 19 de junio de 2016

"O espello do mundo", Ramón Nicolás



No me resultaba nada fácil afrontar el comentario de hoy por una serie de razones muy especiales. Hacía tiempo que tenía conocimiento de esta novela y la verdad es que me daba un poco de miedo ponerme a ello. Pero tras leerla todo eso desapareció, porque me pareció realmente buena, muy bien escrita y con una historia que te atrapa desde el principio, tanto es así que me duró realmente poco y volveré a leerla con mucha más calma cualquier día de estos. Viene esta pequeña introducción a cuento de que el autor de la misma es un compañero de trabajo desde hace muchos años, pero por encima de todo es un buen amigo y siempre es una responsabilidad comentar algo escrito por alguien que vas a ver al día siguiente de que aparezca publicado. Ya de entrada dejo patente mi admiración y una cierta envidia por haber sido capaz de afrontar una tarea como ponerse a escribir una novela, sobre todo sabiendo que es una persona que no tiene todo el tiempo del mundo, que siempre tiene sus compromisos, su familia, su trabajo…, tarea muy complicada. Lo mejor que puedo decir de ella es que me quedó un gusto amargo al acabarla, porque quería leer más, quería conocer más cosas de las historias de sus protagonistas, llegar más allá. Se me hizo corta, muy corta. La novela es completamente reciente, apareció a la venta el 9 de este mismo mes de junio, una fecha que nunca olvidará su autor, eso seguro. La novela está escrita en gallego y aunque creo que tendría su público tengo la impresión de que no lo hará en castellano. El autor es Ramón Nicolás Rodríguez y la novela “O espello do mundo”.

Ramón Nicolás es un conocido crítico y estudioso de la literatura gallega desde hace varios años. Nació en Vigo en 1966, Licenciado en Filología Galaico-Portuguesa y profesor de Lengua Gallega y Portuguesa en varios institutos. También se dedicó algunos años a la docencia universitaria. En este momento desempeña su trabajo docente en el IES Valadares, en Vigo. Esta no es su primera obra publicada, ya que tiene un buen bagaje detrás, pero sí la primera de narrativa original. Hasta este momento su producción está dedicada a la crítica literaria dentro del mundo de la literatura gallega, a las traducciones a esta lengua de otras novelas y también escribe semanalmente en el suplemento cultural “Fugas” de “La Voz de Galicia”. Además de todo esto, que no es poco, tiene un blog https://cadernodacritica.wordpress.com/ en el que va publicando diversos comentarios sobre nuevas publicaciones y otros temas. Dirige la colección “Bibliotecas das letras galegas” de la Editorial Xerais. Varios premios se añaden a este trabajo, el último el “Losada Diéguez de ensayo” y el premio “AELG” al mejor ensayo de 2012 por la publicación de “Onde o mundo se chama Celso Emilio Ferreiro” (2012). Con todo esto detrás y más cosas que se podrían mencionar aparece ahora su primera obra narrativa original, esperando que no sea la única. Sé lo que le costó, mucho tiempo y mucho esfuerzo, pero creo que se puede sentir completamente orgulloso y plenamente satisfecho del trabajo realizado.

“O espello do mundo” es una novela a medio camino entre el género histórico, el epistolar y el resultado de una trabajosa y complicada investigación sobre la vida en los monasterios fundamentalmente femeninos entre los siglos XI y XII. La historia gira en torno a dos personajes fundamentales del pasado y una especie de hilo conductor que los descubre y nos va contando esas historias. Martiño es un joven profesor de historia que recibe un tesoro en forma de una caja con unos documentos que pide que investigue, interprete y decida si tienen algún valor. Gracias a ellos descubriremos la vida en un monasterio femenino San Pedro de Ramirás (Ourense), centrado sobre todo en la figura de su superiora, Ona Guiomar. En ella descubriremos una mujer fuerte, en plena lucha con sus obligaciones como la persona que tiene que encargarse de todo en el monasterio, desde lo material hasta lo espiritual. Alrededor de ella una serie de monjas, sacerdotes, campesinos…, muchas cosas que la llevarán al límite en muchas ocasiones, teniendo que tomar decisiones que a veces no le gustan pero que son necesarias para la buena marcha del convento. Pero además de esto Martiño también descubre que había tenido una comunicación epistolar con otra monja alemana que desempeñaba su misma labor pero a muchos quilómetros de distancia. Así descubriremos a Hildegarda von Bingen, un personaje complejo, sorprendente y adelantada a su tiempo. Solo conoceremos las cartas que esta segunda le enviaba a la primera, ya que son las únicas que se conservan. Pero a través de ellas podemos percibir las preocupaciones de las dos, sus inquietudes, sus problemas y los múltiples consejos que ambas se enviaban.

Este segundo personaje central de la novela es una figura histórica con mucha relevancia, a pesar de que mi primer conocimiento sobre la misma vino cuando en el año 2012 el papa Benedicto XVI la nombró doctora de la iglesias. Un personaje muy interesante, monja, visionaria con profecías, creadora de un lenguaje, mística, médica, compositora… Uno de los personajes más influyentes de la baja Edad Media. Antes o después de la lectura de la novela os recomiendo dar un paseo por internet para saber algo más de esta polifacética monja medieval. Ona Guiomar es una invención del autor, pero aparece tan cercana y tan humana que tranquilamente podría haber existido. Entre ambas se establece una relación que va más allá de los meros consejos sobre cómo llevar a buen término su trabajo como abadesas. Una relación de amistad e incluso de una cierta dependencia cuando alguna de ellas se encuentra con un verdadero problema y espera el consejo o las reflexiones de la otra. Al final de cada carta de Hildegarda con encontraremos con una serie de textos extraídos de un libro de medicina que la monja alemana estaba preparando. Ahí leeremos cosas realmente curiosas e interesantes sobre las propiedades que en la época se le daban a diversas plantas, árboles, piedras o animales, capaces de curar casi cualquier mal. Tras estos textos podemos ver, una vez más, el gran trabajo de documentación que hay detrás de esta apasionante historia.

La obra es breve pero la cantidad de información que vamos a poder sacar de su lectura es mucho mayor que el número de páginas que tiene. Además de lo dicho al final del párrafo anterior sabremos mucho sobre la vida dentro y fuera de un monasterio básicamente femenino en la Edad Media tanto aquí como en Alemania. La difícil convivencia con el sexo masculino ya sea en forma de sacerdotes, trabajadores, comerciantes y demás. Los problemas entre ellas, la cantidad de posesiones y tierras que tenían que gestionar, la economía o los enfrentamientos con otros monasterios cercanos. Un mundo lleno de problemas diarios que resolver. E inmerso en ellos el personaje de Martiño, a veces un poco perdido tanto dentro de su vida como en la investigación que está realizando.

La novela está muy bien escrita, concentrando gran cantidad de información e imágenes con muy pocas palabras. La prosa fluya para el lector con gran facilidad y la obra gusta tanto por las historias que cuenta por cómo las cuenta. Parece mentira que un narrador novel pueda dominar de esa manera la forma de contar, concentrando tanto en tan poco. Claro que detrás hay todo un mundo de lecturas, de reflexiones, de estudios que tuvieron que ayudarle mucho. Como le dije a él mismo la cantidad de envidia sana que iba sintiendo a medida que pasaba las páginas era casi tan grande como lo que estaba disfrutando con ellas. La mayor pena que me quedó fue que se me hiciera tan corta. Casi acabas de empezarla y casi sin darte cuenta estás llegando a las últimas páginas. Y te queda esa sensación de que querías leer más, saber más cosas de Martiño, de ona Guiomar y de Hildegarda, pero te quedas con las ganas. No es exagerar ni hacer la pelota decir que me gustó mucho y que disfrute enormemente de la lectura. Así el comentar una novela de un amigo se convierte en algo mucho más fácil, sabiendo además lo mucho que le costó, la cantidad de horas dedicadas a investigar, escribir y corregir; pero al final es tiempo más que bien invertido porque el resultado es espléndido. Os dejo también el booktrailer, realizado por Iago Nicolás, hijo del autor, así todo queda en casa,  pero también hay que decir que es muy bueno.

Enhorabuena Ramón por esta primera incursión en la narrativa.