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miércoles, 30 de diciembre de 2015

"El pasajero" y "La línea negra", Jean Christophe Grangé

Como en alguna ocasión anterior hoy os dejo dos novelas en un mismo comentario, más que nada porque las leí casi seguidas y son del mismo autor. No es un escritor muy reciente, aunque sí de hoy, su primera novela es del año 2000 y este mismo 2015 publicó la última hasta el momento. No había leído nada suyo, pero sí recuerdo ver una película hace ya unos años que me había gustado bastante, “Los ríos de color púrpura”. El autor es Jean Christophe Grangé y de entre su producción hoy pondré algunas cosas sobre “El pasajero” y “La línea negra”. Como casi todas su obras está relacionada con el género de la novela negra, pero siempre con algunos elementos que la hacen ligeramente distinta, siempre con algo especial o relacionado con lo fantástico pero sin escapar de lo creíble.

Jean Christophe Grangé es un autor francés nacido en París en 1961. Es licenciado en Letras por la Universidad de La Sorbona e inicialmente se dedicó a la redacción publicitaria y al periodismo de forma libre, colaborando con conocidas publicaciones como “National Geographic”, “Sunday Times” o “Paris-Match”, hasta que fundó L&G, su propia agencia de prensa. Durante su trabajo como reportero viajó por todo el mundo y recibió algunos importantes premios por su labor. Su primera novela aparece en 1994, “El vuelo de las cigüeñas”. La que le dará más nombre, pese a ser su segunda publicación fue “Los ríos de color púrpura”, de 1999 y que, como ya dije, fue llevada al cine (como buena parte del resto de sus historias) en una cinta protagonizada por Jean Reno y que estaba realmente bien, y en la que el autor actuó como guionista. De esta en concreto hubo una continuación. Además de adaptaciones de sus relatos también es autor de un guión original, “Vidoq”, una excelente película, inquietante y extraña, protagonizada en este caso por Gerard Depardieu. Las dos de hoy son del 2004, “La línea negra” y del 2011 “El pasajero”. Prácticamente todas pueden encontrarse en castellano en la editorial Grijalbo. Las más recientes son “Lontano” y “Kaiken”, que creo que de momento no están traducidas.

“El pasajero” es una de las novelas más inquietantes y desconcertantes que he leído en los últimos años y la primera que leí de este autor y que me animó a hacerlo con el resto, que irán cayendo poco a poco, que tampoco es cuestión de empacharse y ventilarlas todas de un tirón. La historia gira en torno a dos personajes principales. Uno es una policía, Anaïs Chatelet, una joven que quiere ganarse el respeto de sus compañeros de profesión, con un pasado algo oscuro que la tiene levemente torturada y que se verá metida en una espiral de violencia y asesinatos que le hará ver muchas cosas de otra manera. Y para que haya un policía tiene que haber un sospechoso, que en este caso es el psiquiatra Mathias Freire. El comienzo de la novela ya es una gran incitación para seguir leyendo esta larga novela que no se hace nada pesada. En una estación de tren aparece un cadáver desnudo de un joven con una cabeza de toro incrustada en el torso, una especie de recreación del mito del Minotauro. En las cercanías aparece un hombre como perdido, misterioso y manchado de sangre que pronto será detenido. Pero como parece estar en un extraño estado es llevado al hospital donde trabaja Mathias, que tras algunas entrevistas le diagnostica una “fuga disociativa”, una enfermedad relacionada con la amnesia en la que la persona además de olvidar su vida pasada crea otra, una nueva identidad llena de detalles y convencido de que esta nueva identidad creada por su mente es la real. Desde ese momento los dos protagonistas se verán metidos en un mundo de asesinatos relacionados con la mitología, perfectamente recreados y llenos de violencia. Y además es algo que no es reciente, ya que empiezan a aparecer casos en el pasado. Y no puedo ni debo contar más, porque como suele ocurrir en estos casos lo mejor de la novela y en esta más, es ir descubriendo poco a poco qué es lo que pasa, qué viven y ven nuestros personajes, en un desarrollo tan entretenido como sorprendente. La historia está perfectamente desarrollada, los personajes están muy bien diseñados y la prosa es fluida y muy fácil de leer, además es la propia historia la que te pide seguir leyendo, porque no podrás dejarla en muchos momentos, deseando saber más, hasta un final sorprendente. Por cierto, acabo de ver, buscando información sobre el autor y su obra, que hay una miniserie de 6 episodios del año pasado, de producción francesa, basada en esta novela. Estaré pendiente a ver si la ponen en alguno de los canales que tenemos.

“La línea negra” puede llegar a tener algunos elementos en común con la anterior, ya que en todas sus obras hay una serie de cosas comunes que marcan la forma de escribir de este autor y el desarrollo de sus historias. Aun así es completamente distinta y no tiene demasiado que ver, aunque sigue siendo una novela negra, pero en este caso hay algo más. Es de esas en las que conocemos al asesino de la historia casi desde el principio, aunque no estará exenta de sorpresas, claro. En este caso nos centramos de nuevo casi exclusivamente en dos personajes, protagonista y antagonista (o eso parecerá desde el principio). Por un lado tenemos a Jacques Reverdi, un ex campeón mundial de inmersión libre que se fue a vivir a Asia para montar una especie de academia de buceo. Pero ya al principio de la novela vemos como es detenido en unas circunstancias más que claras tras el brutal asesinato de una mujer. Tras esto es encerrado en  una cárcel de Malasia y descubrimos que es un asesino en serie muy violento y especial. Mientras en París descubrimos a Marc Dupeyrat, un periodista que ha pasado por casi todo. Del periodismo “normal” al de persecución de famosos. Ahora, escaldado del mundo del famoseo, se dedica a las crónicas de sucesos y a la investigación de los casos de asesinos en serie. No voy a contar el porqué de esta vertiente que toma, porque está muy relacionada con su pasado y tendrá gran influencia en su presente. Cuando conoce el encarcelamiento de Reverdi decide ponerse en contacto con él, pero sabe que si lo hace como él mismo no podrá conseguir nada. Así que se inventa una historia, una trampa, para poder contactar con él y escribir un artículo sobre las razones que llevan a una persona a convertirse en un asesino en serie, sobre todo uno como este, brutal y con un extraño ritual. Y como en el caso anterior no cuento nada más porque lo bueno es ir leyendo, viendo como Marc se va metiendo en un viaje geográfico, pero también dentro de sí mismo y dentro de Reverdi, implicando a terceras personas que nada tienen que ver con ellos dos.

Muchos hablan de Grangé como el Stephen King de la novela negra francesa, tanto por su capacidad para publicar best sellers como para hacerlo en muy poco tiempo. Sigo diciendo que cuando una historia entretiene, tiene calidad y, sobre todo, consigue que te enganches a cada página deseado leer la siguiente, esto no tiene nada de malo. Es un buen autor de thrillers, un buen creador de historias y, sobre todo, de personajes inquietantes que siempre esconden algo. No te puedes fiar de ninguno y en  ocasiones los papeles se cambian en giros que serán toda una sorpresa para el lector. ¿Qué más se puede pedir? Yo creo que nada más. Sus novelas están bien escritas, te metes dentro de la historia y al estar muy relacionado con la industria del cine, son muy visuales, siendo fácil imaginar todo lo que está ocurriendo. Las historias están bien resueltas y llenas de sorpresas y sigo pensando que ahora, a estas alturas, suelo leer para entretenerme y pasar el rato, y mejor si además es algo bien escrito (no suelo dejar novelas a medias, pero últimamente me está pasando con algunas). Además en ambas novelas, cada una con su historia, se nota que el autor se preocupa por documentarse. Si sus personajes son policías, psiquiatras, periodistas, buceadores..., todo está contado notándose que el autor sabe de qué está hablando.

Dos historias que os recomiendo mucho, merecen la pena y se leen con mucho agrado e interés. No creo que sean las únicas que lea de este autor, seguramente alguna más aparecerá por aquí.

lunes, 14 de diciembre de 2015

"El marciano", Andy Weir

Hace años era muy lector de novelas de ciencia ficción, los clásicos pasaron todos por mis manos y era un buen seguidor de los autores más conocidos, Assimov, Clarke y todos los de ese tipo. Después de esa panzada pocos más llegaron a mis manos y los que lo hicieron no me gustaron demasiado, así que fue un género que quedó un poco aparcado durante bastante tiempo. La verdad es que llegó un momento que me cansó un poco, o todo era muy parecido a lo que habían escrito los grandes o en muchas ocasiones era un sinsentido total. Hace no demasiado tiempo vi un trailer de una nueva película en el cine que me llamó mucho la atención, aunque no doy sacado tiempo para ir a verla y tal como va la cosa tengo la impresión de que habrá que esperar a que salga en DVD o la pongan en alguno de los canales de televisión. Pero luego, investigando un poco, descubrí que estaba basada en una novela de ciencia ficción de publicación reciente, así que intenté dar con ella y ponerme con su lectura. Tanto la película como la novela tienen el mismo título y todos podréis reconocerla porque tuvo bastante éxito de público. Me refiero a “El Marciano”, una película protagonizada por Matt Damon y dirigida por Ridley Scott y que tiene los suficientes elementos de todo tipo para estar en lo más alto de las listas de público entre los estrenos de estos últimos meses. El autor de la novela es Andy Weir, y podemos darnos una idea del éxito que tuvo en su versión escrita al ver el poco tiempo que pasó entre su primera publicación y que el señor Scott se decidiera a hacer una película basándose en ella.

Andy Weir nació en California en 1972. Su trabajo habitual es el de ingeniero de software y desde no hace mucho también novelista. Es hijo de un físico y una ingeniera y a los quince años ya trabajaba como programador en Sandia National Laboratories. Después estudió Ciencias Informáticas en la Universidad de San Diego, aunque no se graduó. Trabajó como programador en varias compañías de software como AOL, Palm, llegando a trabajar también en el conocido juego “Warcraft”. Desde siempre fue un gran lector de los clásicos de la ciencia ficción, sobre todo de los que mencioné en el párrafo anterior y se nota mucho su influencia, con una mezcla entre seriedad y entretenimiento que es una de las cosas que yo más valoraba en este tipo de relatos. A los veinte años empieza a publicar sus primeros trabajos a través de su página web. El primero de ellos que tuvo una cierta repercusión se tituló “El huevo”, un cuento que fue adaptado con bastante éxito a través de una serie de vídeos en youtube. “El marciano” es su primera novela, también publicada por entregas por él mismo a través de su página web. De ahí pasó a venderse en Amazon por 0.99 céntimos y tuvo un gran éxito. Tanto que al poco tiempo la Editorial Crown alcanzó un acuerdo con el autor para publicarla en formato libro, alcanzando durante mucho tiempo los primeros puestos de los más vendidos en las listas, por ejemplo, del “New York Times”. Se editó en Estados Unidos en 2011 y pronto fue traducida a varios idiomas. En castellano aparece en el 2014 en Ediciones B. Para muchos críticos es la mejor novela del género en los últimos años. Ahora está trabajando en su segunda novela, inicialmente titulada “Zheck”, de la que él mismo dice que es una novela del género más tradicional.

El protagonista de la historia es Mark Watney, un biólogo que participa en una misión que tiene como destino Marte, donde junto con el resto de la tripulación tiene encargadas una serie de tareas. Llegan a Marte, descienden y se instalan, pero la llegada de una fuerte tormenta de arena obliga a la capitán de la misión a suspender todo y volver a la nave que los llevaré de vuelta a la Tierra. Pero Mark tiene un pequeño accidente y sus compañeros de misión lo abandonan en el planeta rojo convencidos de que ha muerto. Pero no es así, está vivo y se encuentra solo en Marte, algo que en un principio parece una completa sentencia de muerte. Pero no está dispuesto a desaparecer sin pelear, tiene conocimientos, tiene algunos materiales que puede aprovechar y, sobre todo, tiene mucha inteligencia e iniciativa, tanta que algunas veces le puede costar cara. Al principio la cosa puede parece complicada pero tiene que intentar lo que sea por difícil que sea su situación. Con comida para un tiempo limitado, sin posibilidad inicialmente de contactar con la Tierra, en un entorno que no le es familiar y pensando que por mucho que haga es muy complicado que cualquier rescate pueda llegar a tiempo. Estará convencido que va a ser el primer habitante de Marte y el primero en morir allí, un marciano en toda regla. Pero tras ese planteamiento inicial va a poner toda la carne en el asador para intentar sobrevivir. Lo primero en lo que tiene que pensar es en la comida, luego en ver cómo podría ponerse en contacto con la Tierra para dejar claro que está vivo y ver de qué manera puede hacer una serie de cosas que le permitan sobrevivir y volver a casa. Lo mejor que tiene son sus ganas, si ingenio y habilidades y sus conocimientos de botánica, con todo esto afrontará casi cualquier obstáculo que le va apareciendo, que no serán pocos. Sus ganas de sobrevivir son tantas que casi nada lo podrá parar.

Está claro que el autor se documentó a conciencia antes de enfrentarse a la escritura de la novela, tanto en lo que se refiere al tema de los viajes espaciales, la tecnología utilizada, la botánica y un buen montón de elementos que circulan por toda la historia. La historia está llena de momentos de tensión, de problemas que el lector no sabe cómo podrá solucionar, de éxitos y fracasos que parece que van a acabar con la paciencia de Mark. Pero él tiene un arma que le hará sobreponerse a casi todo, el sentido del humor. Un humor que está presente en todo momento y que le funciona como la medicina ante las decepciones y los problemas, que hace que se ría y se pare a pensar en cómo podrá solucionar todo lo que impide su supervivencia. Y serán muchos momentos así, en los que parece que todo lo que pueda hacer solo estará enfocado a que viva unos cuantos días más pero sin posibilidad de salir de allí en ningún momento. No quiero contar mucho más porque los que no hayan visto la película o leído la novela tienen derecho a pasarlo tan bien como yo haciéndolo. La verdad es que es de esas novelas que te dejan satisfecho, en la que en todo momento está pasando algo y hacen que no puedas dejarla aunque te venza el cansancio. No podrás dejar solo a Mark en su aventura en Marte, porque tras solucionar el primer problema vendrá una larga lista de aciertos y fracasos que harán que en todo momento estés en tensión, esperando a ver qué pasa a continuación. Y como acabo de decir casi siempre tendrás como lector una sonrisa en la boca esperando a ver por dónde sale ahora y qué va a hacer.


Al principio la cantidad de terminología, de trajes, de aparatos, de conceptos técnicos, de cuestiones químicas, físicas o botánicas puede hacer que te pierdas un poco entre tanta palabra y concepto nuevo. Pero poco a poco vas metiéndote en la historia y hasta eso entre dentro de la normalidad, del mundo que estás compartiendo con nuestros simpático protagonista. El autor consigue que esta historia esté de pleno dentro del género de la ciencia ficción de aquellos relatos que no siendo reales podrían serlo porque todo (o casi todo lo que pasa) es creíble o posible, pocas cosas hay que te harán decir que eso no podría ser así llegado el momento. Como muchos han dicho no deja de ser una revisitación en formato ciencia ficción de “Robinson Crusoe”, Mark no deja de ser un náufrago en una isla desierta con formato de planeta. Pero aún así tiene tal cantidad de elementos originales que solo hará que pienses en la otra novela muy al principio, porque no tendrán nada que ver en buena parte de su desarrollo.


Una novela bien construida, muy bien planteada y desarrollada y con un protagonista al que recordaré durante mucho tiempo. Una historia que enganchará a cualquiera, sea aficionado o o al género, porque se puede leer incluso sin que te guste demasiado este tipo de historia. Creo que la película sigue bastante fielmente la historia de la novela, a ver si consigo verla un día de estos. Muy recomendable.

sábado, 21 de noviembre de 2015

"A memoria da choiva", Pedro Feijoo

En octubre de 2012 dejé unos comentarios sobre una novela a la que había llegado gracias al Club de Lectura para adultos del IES Valadares, algo que me permitió, además de disfrutar de una buena historia de aventuras, de conocer al autor. Fue una más que interesante charla, entretenida y divertida y en ella quedaba pendiente la propuesta de una segunda novela que se estaba gestando ya en su imaginación y en el papel. Tras algún tiempo por fin saqué tiempo para poder ponerme con esta segunda historia de Pedro Feijoo y puedo decir que me gustó más, bastante más, que “Los hijos del mar”. En este caso además pude leerla en gallego, la lengua original en la que fue escrita, y en formato digital, tras comprarla en una conocida página dedicada a este mercado. Es de agradecer que las editoriales gallegas estén, poco a poco, editando obras en estos nuevos formatos, lo que nos permite poder acceder a ellas fácilmente, sobre todo para los que somos usuarios asiduos del mismo. Y para ponerlo mejor aún, a unos precios asequibles que permiten plantearse la compra no solo de un título, sino de algunos más. Esperemos que esto siga así y vaya a más poco a poco. El comentario de hoy es sobre “A memoria da choiva”, una excelente novela negra.

Recuerdo de aquella charla con el autor que coincidíamos en que el término best-seller suele tener un aire peyorativo, como de mala literatura, como de cosas que no están a la altura. Sigo pensando que, con una cierta calidad siempre, lo importante es que la gente lea y poco a poco vaya creciendo como lector, pudiendo diferenciar entre lo bueno y lo malo y entre lo que le gusta de forma individual y lo que no. En el caso de la literatura en gallego creo que esto es fundamental y que está apareciendo una generación de escritores que buscan eso, que la gente lea sus novelas e intentando mantener una línea alta de calidad literaria. Hay géneros en este campo no demasiado habituales pero que poco a poco van encontrando ese sitio, novelas de aventuras, novela negra, incluso terror o ciencia-ficción. Creo que es una buena forma de animar a nuevos y viejos lectores a ponerse delante de historias escritas y leídas originalmente en lengua gallega.

“Los hijos del mar” me pareció una excelente y muy entretenida novela de aventuras y aún no conozco a nadie a quien no le pareciera así, una buena historia, contada muy bien, con sentido del humor, intriga, acción... Pues creo que “A memoria da choiva”, teniendo en cuenta que es otro género completamente distinta, está un punto por encimad de su primera historia. Es una novela negra clásica, con sus asesinatos, sus investigadores, periodistas, policías y una buena línea de intriga que tendrá al lector intrigado y muy interesado en seguir avanzando en la historia, sobre todo a medida que se acerca el final. 

Shakespeare, Dante, Gaudí, Dickens, Vivaldi..., innumerable la galería de autores, artistas y demás que se utilizan como centros argumentales de una novela. Siempre con misterios alrededor de sus cuadros, sus novelas, sus composiciones... Muchas he leído ya con este punto de partida, algunas buenas y otras no tanto, aunque son pocas las que parten de este premisa y he dejado a medias. Y llega Pedro Feijoo y nos deja una historia de asesinatos relacionados con los poemas y la persona de Rosalía de Castro y su familia. Una idea original, quizá algo extraña si se piensa un poco, pero saldada con nota aunque pueda parecer increíble,

La historia comienza con el descubrimiento del brutal asesinato del psicoanalista Xosé Carnero. Un clavo clavado (valga la redundancia) en el corazón es lo que se encontrará el policía Andrés Casaperda cuando acuda al  lugar del crimen. Ante esto Andrés llama a su amigo Aquiles Vega, un conocido periodista que trabajaba para el periódico El País pero caído en desgracia por un mal momento y que ahora escribe para una pequeña revista de ufología para ganarse la vida. Aquiles, tras una conversación con Xaquina, su madre, descubre una posible relación entre este asesinato y un poema de Rosalía de Castro. Con esto en la cabeza va a hablar con Sofía Deneb, profesora universitaria de literatura que acaba de publicar una biografía de esta autora y que parece ser la experta más adecuada para poder encaminarlo. Este primer encuentro deja claro que Sofía no es una mujer de trato fácil y que Aquiles no sabe casi nada de literatura, pero mucho menos de poesía y de la famosa autora; algo que Sofía le recordará de manera constante. A partir de aquí empezamos una trepidante carrera por encontrar al autor de estos asesinatos y de los varios más que se irán cometiendo a lo largo de la historia. El asesino envía unos correos electrónicos con poemas de “Follas Novas” a varias personas y nuestros dos protagonistas tendrán que trabajar juntos, algo que al principio les cuesta mucho, para poder resolver un misterio que se va complicando a medida que avanzan las páginas. La policía está muy perdida, las pistas son escasa y Sofía y Aquiles parecen ser los únicos capaces de sacar algo en claro de toda esta historia.

La acción transcurre sobre todo en Santiago, pero nos moveremos por varios lugares de la geografía gallega. Inevitable que los personajes no vayan por Padrón, y también algún viaje a Vigo o A Coruña entre otros lugares más que conocidos de la geografía gallega.

Además del planteamiento original de la historia me voy a quedar, como ocurría en su anterior novela, con los personajes y la forma que tiene el autor de trabajar con ellos. También es inevitable mencionar, a pesar de la negrura de la historia, los momentos de humor (negro en algún caso) que van quedando como pinceladas a lo largo de toda la narración. La lectura no tiene un momento de pausa y no le sobra ni una sola página. En cada una pasa algo que hará que no puedas dejar de leerla y aún siendo una novela de unas qu

inientas páginas a mí se me hizo realmente corta. Feijoo domina perfectamente, sobre todo teniendo en cuenta que es su segunda novela, el ritmo narrativo y cómo hacer que el lector se vea atrapado de tal forma que no quiera o no pueda dejar la lectura. Nuevos asesinatos, interrogantes que van apareciendo, juegos con el lector para llevarlo por donde el autor quiere, caminos que parecen no llevar a ninguna parte... Y cuando todo parece muy negro aparece Aquiles con sus cosas, un personaje realmente peculiar, original y muy atractivo para el lector. Si a eso le sumamos un dominio realmente bueno del lenguaje nos encontramos con una novela bastante redonda para el lector. Hay poesía en sus páginas, en su prosa, en su forma de describir y de contar las cosas, frases y momentos que harán que leas posiblemente más de una vez algún párrafo. Creo que no solo es una buena historia, sino que está realmente bien escrita.

Creo que Pedro Feijoo tiene la difícil facultad y el genio de haber encontrado una forma de contar las cosas que realmente atrae a los lectores. Solamente con dos novelas se ha hecho un buen hueco dentro de la narrativa en gallego (y también en castellano, donde la traducción de su primera novela tiene un gran éxito y es del gusto de muchos lectores). Me hizo gracia ver un comentario en la página de compra de libros digitales que decía algo así como que “a ver cuándo vamos a poder leerla en castellano”, así que se está haciendo una legión de seguidores dentro de la literatura tanto en gallego como en castellano. Sigo pensando que es una gran manera, como dije al principio, de animar a la gente a la lectura, sobre todo en gallego, obras entretenidas, amenas e interesantes para el lector, y además bien escritas y sacar el estigma negativo a ese concepto de que una novela que se vende mucho no puede ser buena (aunque alguno se pueda rasgar las vestiduras, seguiré pensando que Cervantes o Lope de Vega eran unos grandes autores de best-sellers).


En breve, porque me la compré el mismo día, me pondré con la tercera obra del autor, en la que por lo poco que he visto, rompe con las dos anteriores, ni negra ni de aventuras. “Morena, peligrosa y románica. Una comedia dantesca” (que podéis encontrar en gallego en Xerais y en castellano en Versátil; ya sea en ambos casos en formato digital o físico) parece ser algo completamente distinto, pero conociendo el fino (y grueso a veces) sentido del humor que aparece en las otras creo que también me va a gustar, ya os contaré qué tal.

martes, 27 de octubre de 2015

"Under the dome, La cúpula", de Stephen King, la serie de televisión


Los que me siguen por aquí o me conocen bien saben que Stephen King es uno de mis autores favoritos desde hace mucho tiempo. Muchas de sus novelas fueron llevadas al cine en más de una ocasión, eso sí, con resultados desiguales y las mejores, para mí, son las que parten de historias que no son exactamente de terror. De todas las que aparecieron por la gran pantalla me quedo con “Cuenta conmigo”, “Cadena Perpetua” y “La milla verde” (curiosamente todas basadas en cuentos o un relato corto); sin olvidar “Misery” o “Carrie” (la primera versión). Viene esto a cuento de que hoy voy a dejar un par de cosas sobre una serie de televisión que sigue una de las últimas novelas de este autor. En julio de 2010 comenté aquí la que en aquel momento era una de sus últimas novelas (podéis leer el comentario aquí) y que salvo por un final algo decepcionante me había gustado bastante. La novela era “La cúpula”, planteamiento original, desarrollo en su línea habitual, personajes de todo tipo y una serie de situaciones que hacían la lectura muy entretenida y bastante interesante. Solamente me había decepcionado un poco el final, pero creo que tampoco era una historia fácil de rematar de una forma que fuera satisfactoria para todos los lectores. Al final de aquel comentario decía que estaban preparando una serie televisiva basada en la misma, pues es sobre esa serie sobre la que os dejaré unas letras en mi comentario de hoy.

La novela era larga y daría para la típica serie de 24 episodios que suelen hacer por los Estados Unidos. Al final se ve que la primera temporada tuvo un cierto éxito y la extendieron a tres, terminando definitivamente con esta última, que la cosa no daba para mucho más. La primera es del 2013 y la última de este mismo año y, para mí, fue de una línea más o menos decente a ir bajando poco a poco. Todavía no terminé de verla, ando ahora por la mitad de esa tercera y definitiva temporada y quiero ver cómo acaban la historia, aunque me está decepcionando un poco.

La primera temporada seguía en líneas generales bastante la novela. Como es normal en estos casos cambiaban algunas cosas, eliminaban otras y añadían algún personaje que no aparecía en la novela, pero en general podías reconocer la mayor parte de la novela en la misma. Como dije en el comentario y suele pasar con este tipo de historias de King, lo mejor eran los personajes y la relación que se iba estableciendo entre ellos, sobre todo entre los protagonistas y los antagonistas. La historia era bastante original. De repente el pueblo de Chester Mill´s se encontraba atrapado bajo una cúpula impenetrable. Dentro de ella todos los habitantes del típico pueblo americano que tanto le gusta al autor como algunos otros que estaban de paso por allí en aquel momento. Así la historia se trazaba sobre todo en una confrontación entre el alcalde el pueblo, Big Jim Rennie, y uno de los que pasaban por allí, Dale Barbara. A su alrededor una buena serie de personajes relacionados con el uno o el otro que iban tomando partido en una situación que se prometía difícil y complicada. Nadie podía entrar y nadie podía salir y la cúpula jugaba un poco con todo el pueblo, dando y quitando cosas sin que hubiese una explicación lógica. Al final un remate que como dije no me convenció demasiado, algo caótico y no demasiado dentro de la tónica general del relato, pero bueno, no era fácil. Como en otros casos las razones del por qué de la existencia de la cúpula quizá eran lo de menos, pero lo importante era cómo iban reaccionando los distintos personajes a las situaciones que se iban planteando. Cómo iban intentando solucionar los problemas y cómo íbamos descubriendo las razones que impulsaban a cada uno a actuar como lo hacía. La primera temporada seguía bastante bien esta historia y creo que lo mejor sería haberlo hecho y no dejar cosas en el aire para poder hacer una segunda, sobre todo cosas que en absoluto aparecían en la novela original. Sigo sin entender por qué estas historias de King, que son tremendamente cinematográficas, no respetan las líneas generales marcadas por el autor y se empeñan en cambiar cosas que a veces no cuadran o no pintan nada dentro del relato. En los casos en los que él no participa del guión puedo entender que lo hagan, porque el autor ya no lo controla, pero en los que sí participa, como es el caso de esta, aún lo entiendo menos. 

El final de la primera dejaba muchas cosas en el aire, lógicamente había que intentar mantener el interés, y me puse a ver la segunda. Los primeros capítulos no estaban mal, aún se podía ver en ellos la línea argumental de la novela, aunque era evidente que estaban ampliando cosas para poder extenderla más. Pero en cierto momento pasó a no tener casi nada que ver con ella, y ahí creo que se estropeo un poco, o bastante. Eso no quiere decir que perdiera el interés, pero ya no era lo que yo quería ver. Vamos, que creo que se le fue un poco de las manos. King sigue apareciendo como asistente de los guiones y aún podemos ver su mano en el desarrollo de la historia, pero aún así muchos de los aciertos del autor se perdieron en su paso a la televisión. Es más, en uno de los primeros capítulos de esta segunda temporada aparece el propio Stephen King tomando algo en la barra de la cafetería del pueblo.

Y si la segunda ya me pareció algo prescindible, qué decir de la tercera. Perdonando la expresión en esta ya se les fue la pinza del todo. No voy a contar nada porque supongo que habrá gente que la siga y querrá verla, aunque de momento creo que aquí no se ha estrenado, porque yo me la estoy viendo en versión original subtitulada. Me da que pronto la estrenarán. Pero aunque quiero saber cómo la van a terminar y algunos personajes me siguen gustando la verdad es que me está costando un poco. La cúpula sigue ahí, pero la historia que desarrolla cuadra un poquito, pero poco, con la historia de la novela. Algunos de los pocos personajes nuevos que aparecen parecen metidos con calzador y chirrían un poco. La forma de comportarse de otros que ya conocíamos pues tampoco me gusta demasiado. Y además parece una especie de refrito de la novela original con algunos clásicos del cine de ciencia-ficción y terror de toda la vida más algunos otros de lo que se suele llamar serie B. Si la vemos no como una adaptación de la novela, sino como otra cosa, no está mal, pero aún así me está decepcionando un poco. Ya me huelo un final de esos que me dejan frío y mandándolos a freír espárragos.

De todos modos la serie no está mal. Está bastante bien hecha y la situación bastante bien reflejada. Los actores no son demasiado conocidos, algunos de cara y de verlos en otras series y dejan el pabellón en un plano medio. De todos modos por encima de todos ellos destaca uno que la verdad es que se come la pantalla cada vez que sale. En la novela había un personaje que aún no siendo el “bueno” de la historia para mí era el más destacado por todo lo que hacía y cómo se comportaba. La verdad es que era el más jugoso de todos y estabas siempre esperando a ver qué hacía o por dónde salía página tras página. Era Big Jim Rennie, el alcalde del pueblo, siempre dispuesto a hacer lo que fuera para poder destacar y quedar por encima de los demás. Pues en la serie este personaje la verdad es que está muy por encima de todos los demás y su interpretación también. El actor que lo encarna será una cara muy conocida para los aficionados a las buenas series, Dean Norris, el inolvidable cuñado de Walter White, el químico fabricante de anfetaminas de “Breakin Bad”. Tampoco están mal los otros dos actores principales de la historia, Mike Vogel como Dale Barbara y Rachelle Lefevre como Julia Shamway, pero para mí quedan por detrás del anterior.


Lo dicho, no está mal pero aunque me repita no entiendo por qué cuando una historia está bien planteada, bien desarrollada, con buenos personajes y buenas situaciones (que es lo que hace Stephen King en sus novelas) vienen unos guionistas de cine y televisión y se empeñan en cambiar esas cosas y convertir muchas de las originales historias de este autor en mal cine que no soporta casi ni una crítica benévola. Cierto es que muchas de sus novelas llevadas al cine no están entre las mejores y son de gama media, pero cuando las llevan al cine las convierten casi en infumables o peor incluso. Lo malo es que también lo han hecho con algunas de las que no están nada mal. Hace poco leí que otra de sus últimas historias también será convertida en serie de televisión. Pues miedo me da porque además de sus últimas novelas es la que más me gustó, me refiero a “22/11/63”, original, entretenida y bien escrita como sus mejores relatos. Vamos a cruzar los dedos y esperar que sean fieles al texto original.

lunes, 19 de octubre de 2015

"El pasajero", Jean Cristophe Grangé

La última novela que apareció por aquí tiene en común varias cosas con la de hoy, últimamente me da de nuevo por la novela negra o de investigación policial y además de autores franceses. Esas son las dos cosas en las que coinciden. Al autor de hoy lo conocía ya por un par de adaptaciones de cine, pero creo que hasta ahora no había leído nada de él y tras esta creo que me pondré con alguna más, porque me gustó bastante. El autor, bastante conocido, es Jean Christophe Grangé y la novela se titula “El pasajero”

Jean Cristophe Grangé es un escritor y periodista francés nacido en París en 1961. Se licenció en Letras por la Universidad de la Sorbona y después se dedicó a la publicidad y al periodismo. Posteriormente fundó su propia agencia de prensa. Su primera novela es de 1994, “El vuelo de las cigüeñas” pero la que empezó a darle reconocimiento fue “Los ríos de color púrpura” (1999). Esta novela fue llevada el cine en el año 2000, protagonizada por Jean Reno. Esta fue la historia que me llevó hace poco a este autor, ya que la película me gustó bastante. Tuvo una continuación en el 2004 con los mismos personajes, pero era algo más floja y no partía realmente de una obra del autor. En el 2003 publica “El imperio de los lobos”, llevada al cine en 2005 con el mismo actor protagonista. Fue también guionista de una intrigante y curiosa película, “Vidocq”, protagonizada por Gerard Depardieu. Otras obras suyas son “La línea negra” (2004), “Los esclavos de la oscuridad” (2007), “Miserere” (2008) o la que os comento hoy, “El pasajero” (2011). Su novela más reciente es “Lontano”, de este mismo año. En todas ellas hay una combinación entre la intriga, los asesinatos y casi siempre una serie de elementos fantásticos que le dan una gran originalidad a todas sus historias.


Como ocurría en el comentario anterior no es fácil dejar esbozado un breve resumen de la historia, porque es de esas que hay que ir desgranando a medida que leemos y contar demasiado sería estropear demasiado una buena historia llena de elementos intrigantes, interesantes y sorprendentes. Una mezcla muy bien trenzada entre una novela negra y un thriller más psicológico que de acción, aunque tiene sus momentos movidos, con más de una persecución y otros llenos de tensión. La verdad es que la cosa funciona bastante bien y aún siendo una novela bastante extensa no lo parece, por esas ganas de seguir avanzando en la historia para poder entender poco a poco qué es lo que está pasando.

La historia gira fundamentalmente en torno a dos personajes. Por un lado la agente de policía Anäis Chatelet. Una mujer de 29 años llena de juventud y vitalidad, con ganas de destacar dentro de un mundo básicamente masculino que le pone las cosas bastante difíciles pero a la que le falta algo de experiencia, además de algunas cosas en su vida anterior que dificultan aún más sus ganas de ascender y hacer las cosas bien. El otro protagonista es Mathias Freire, un psiquiatra soltero y solitario que trabaja en el Hospital Universitario de Burdeos, especializado en casos quizá complicados pero siempre interesantes.
Un día que está de guardia Mathias recibe en urgencias a un vagabundo al que la policía encuentra perdido, con manchas de sangre de origen desconocido y aún encima con una aparente pérdida de memoria. No sabe quién es, de dónde viene, qué son esas cosas que trae consigo ni cómo ha llegado la sangre que lo empaña. Tras trabajar un poco con él el doctor Freire se encuentra con un diagnóstico poco habitual y que será un auténtico desafío para su carrera. Cree que sufre una fuga disociativa, un tipo extraño de amnesia en la que el paciente no recuerda nada de su vida anterior pero al mismo tiempo se crea una completamente distinta. Para él todo es coherente y real, pero en cuanto el doctor se pone a investigar descubre que nada de lo que cuenta es cierto, aunque para él si lo sea. Todo esto supondrá un auténtico desafío para un hombre que llegó a ese hospital de Burdeos dos años antes tras el suicidio de una paciente anterior con la que mantenía una cierta relación.
Anäis se encuentra en un momento fundamental de su carrera, el que puede decidir si sube, baja o se estanca. Le tocará investigar un brutal asesinato cometido en la estación de Saint-Jean, con una escenografía que recuerda al mito del Minotauro, perfectamente recreado, tan perfecto como macabro y que pronto descubrirá que puede estar relacionado con otros anteriores. No hay evidencias, no hay pruebas, no hay huellas, casi nada con lo que poder trabajar. Ella también llegó a Burdeos un par de años antes y también tienen un pasado, un escándalo que está intentando superar. Y a partir de esto una nota que dice “Yo no soy el asesino” y que llevará a una escalada de situaciones complicadas, una investigación muy difícil y que cada vez abrirá más caminos y cada uno parece llevar a un lugar distinto. Ambos pasarán por situaciones muy difíciles que harán que se vayan conociendo más cada uno a sí mismo y entre ellos.

No se puede contar más porque la novela está llena de giros sorprendentes y una forma de contarnos la historia realmente interesante y original. El avance de cada página hará que vayamos descubriendo algo más o que quizá nos perdamos aún un poco más, pero capítulo a capítulo la historia va cogiendo forma y vamos conociendo un poco más a ambos personajes y en qué están metidos. Como dije en el comentario anterior es de esas que hay que coger y leer y leer porque cada capítulo te llevará a querer leer el siguiente. Más asesinatos, más personales, más situaciones de todo tipo, viajes por otras ciudades y mucho movimiento de los protagonistas, rodeados de otros secundarios que siempre tendrán mucho que aportar. La novela tiene un planteamiento inicial que te atrapa casi desde la primera página y que solo decae, y poco, en algunos momentos puntuales. La originalidad del argumento va creciendo a medida que avanzamos en la lectura y la intriga lo hace al mismo tiempo. En más de una ocasión, como lectores, dejaremos el libro sobre nuestras piernas y nos pararemos a pensar en lo que está pasando, a intentar adivinar por dónde va a salir el autor; en algunos casos acertaremos, pero eso no va a pasar en la mayor parte de los casos. Todo esto hasta llegar a un final sorprendente y muy bien llevado.

Asesinatos, mitología, buenos personajes, intriga, emoción, acción… Todo ello contado de una forma que te lleva a seguir leyendo, que es lo mejor que se puede decir de una novela de este tipo. Está clara la experiencia del autor en el cine, porque es una historia que se desarrolla de un modo muy cinematográfico y es fácil imaginar las escenas a medida que las lees. No sé si tiene prevista versión en la gran pantalla, pero no me extrañaría.


Para mí muy recomendable y el autor queda en la categoría de “voy a leer otras novelas suyas”, no solo por lo que conocía de sus versiones en cine, sino porque me gustó mucho cómo escribe.


lunes, 14 de septiembre de 2015

"Vestido de novia", Pierre Lemaitre


En septiembre del año pasado dejé un comentario de una novela que me había gustado mucho y a la que había llegado a través de artículos de prensa. La historia se titulaba “Nos vemos allá arriba” y destacaba tanto por su originalidad en el planteamiento de la historia como en la forma de contarla. A raíz del éxito de esta novela empezaron a publicarse en nuestro país algunas de sus novelas anteriores y como quedó entre esos autores a los que seguir no hace demasiado que terminé la que os dejo hoy aquí. El año de publicación en Francia es el 2009, pero por aquí apareció a lo largo del año pasado, aprovechando, como dije, el tirón de la primera que menciono. En este caso nos encontramos ante una historia a medio camino entre el thriller y la novela negra, frontera a veces difícil de distinguir y que yo muchas veces no tengo demasiado clara. El género negro es donde más destacó en Francia Pierre Lemaitre, el autor de hoy, y la novela es “Vestido de novia”.

En su momento dejé ya la reseña biográfica de este autor francés de reconocido prestigio en su país y que está teniendo bastante éxito fuera de sus fronteras. Especializado desde el principio en novelas policiacas, de investigación y negras, con una serie de cuatro que tiene al mismo protagonista y algunas más que se salen de esa saga. “Nos vemos allá arriba” fue la primera novela que se alejó de ese género, entrando en otros terrenos completamente distintos. Esperaremos a ver por dónde va la siguiente, pero tengo claro que estará entre los autores que leeré habitualmente.

La protagonista de la historia es Sophie Duguet, a la que conoceremos en uno de los peores momentos de su vida. Cuando empieza la novela se dedica a cuidar de un niño, pero una mañana aparece muerto en su propia habitación. La puerta está cerrada, sus padres no están. Cuando despierta y lo ve lo primero que le le viene a la cabeza es que la asesina solo ha podido ser ella. La puerta está cerrada, no parece haber ningún signo de violencia ni de que nadie pueda haber entrado en la casa sin que ella se entere. Agobiada por su pasado decide escaparse rápidamente e intentar empezar una vida fuera de allí sin que nadie pueda atraparla. ¿Por qué esta reacción? A partir de aquí iremos conociendo su vida. Al principio es una mujer completamente normal, con una vida feliz, un marido que la quiere, un buen trabajo... Pero un día todo este escenario empieza poco a poco a desmontarse. Primero son pequeños despistes, olvidos sin importancia que poco a poco van siendo cada vez más preocupantes. Montones de cosa que no recuerda haber hecho. Robos en tiendas, reservas canceladas o cambiadas de día, envíos de fotos por internet que no sabe que hizo, problemas en el trabajo, correos electrónicos extraños... Todo esto hará que empiece a tomar calmantes cada vez más fuertes, a ir a médicos para que la ayuden, pero nada de esto parece tener buenos resultados, al revés, cada vez es peor. Y de aquí en adelante la muerte empieza aparecer a su alrededor. Empieza a matar gente sin ser consciente de ello ni recordar nada en absoluto. ¿Qué es lo que ocurre? Pues eso, evidentemente, no os lo voy a contar. Procuro siempre contar lo justo, pero en este caso a poco más que ponga ya sería desvelar demasiado. Tendréis que leerla para poder saber qué le pasa a Sophie, qué le lleva a hacer muchas de las cosas que hace y si es culpable o no de las que parece bien claramente que ha hecho.

La novela consta de tres partes y la primera es en la que se desenvuelve la mayor parte de lo que os he contado. En las otras dos cambiará el tono, la idea que tenemos irá por derroteros llenos de sorpresas y emoción, de momentos que harán que paremos de leer un momento para poder respirar y entender bien todo lo que está pasando.  Es un thriller de esos en los que tras cada página puede aparecer una sorpresa más que inesperada, y aunque algunas cosas las vamos a suponer muchas veces, por lo menos yo, nos equivocaremos bastante en lo previsto. La novela está llena de trampas para el lector y busca tenerlo en tensión, y creo que lo consigue bastante bien. Un inicio potente y lleno de trampas para el lector, un nudo en el que la historia da un giro y un desenlace en el que, de nuevo, las cosas cambiarán de forma poco esperada.


Es una historia muy bien narrada y muy bien desarrollada. Los personajes centrales no son demasiados, pero tampoco es necesario que haya más, porque el relato se centra de modo claro en esas historias (tampoco diré cuántas para no descubrir mucho más). En ocasiones el lector se sentirá desconcertado, sin saber qué le pasa a la protagonista, aunque quizá en ocasiones este desconcierto pueda ser demasiado grande. Cuando se despejan un poco las cosas tenemos casi otra historia distinta, pero tan buena o mejor que la primera. Hay algún punto bajo en la parte central, pero llegado cierto momento la historia sube para no volver a bajar hasta las últimas páginas, que tendrás que leer casi de un tirón porque no podrás dejarlo para el día siguiente. Algunas críticas la tildan de excesiva, casi de ridícula y patética (críticas, por cierto, de esas que hacen que te ahorres leer la novela, porque en este caso te lo cuentan todo y así pierde por completo la gracia). Puedo coincidir en parte en que a veces la historia puede parecer exagerada, incluso en algún punto increíble; pero si nos ponemos en la piel de los protagonistas y pensamos un poco en muchas noticias periodísticas, quizá no nos lo parezca tanto. No nos olvidemos nunca de que estamos leyendo una historia de ficción y como tal hay que afrontarla. Puede estar más o menos cerca de ciertas realidades, pero aunque a mí personalmente no me parezca del todo increíble, tampoco podemos comentar una novela sin ser conscientes de lo que en realidad es, una historia de ficción que pretende, por encima de todo, entretener al lector. Y en este sentido lo consigue con creces. A mí me gustó mucho, me mantuvo con el libro en las manos a veces mucho más tiempo del que tenía, pero era imprescindible saber que le pasaba a Sophie y si en realidad había hecho todo eso que pasaba a su alrededor. Leedla, no os va a decepcionar en absoluto.

sábado, 22 de agosto de 2015

"La analfabeta que era un genio de los números", de Jonass Jonasson


Curiosamente mientras en televisión o cine soy de risa fácil, cualquier chorrada me hace sonreír o carcajear, en literatura no me pasa lo mismo. Son contadas las novelas con las que me puede pasar lo mismo y últimamente cada vez menos. No hace mucho tiempo fueron las primeras novelas de David Safier las que lo consiguieron, pero creo que desde esas me sobran los dedos de una mano para recordar otras. Pero de repente apareció otro autor que lo volvió a conseguir tanto con su primera novela como con la segunda. En marzo de 2013 comenté por aquí “El abuelo que saltó por la ventana y se largó”. Una historia que consiguió que durante toda la lectura estuviese con alguna sonrisa en la boca y más de una carcajada, llena de buenos momentos, sorpresas, mucho humor negro y mucho cinismo. Vamos, lo que más me gusta. Tenía pendiente desde hace tiempo la segunda historia de este autor, Jonas Jonasson, y este verano me decidí a leerla ya. “La analfabeta que era un genio de los números”, publicada en el año 2013.

Como en el caso anterior el planteamiento de la historia es de lo más histriónica, ridículo y extraño; vamos, en absoluto creíble. Pero como en el caso anterior en toda ella trasciende un sentido crítico muy fuerte, escondido entre situaciones que buscan hacer reír al lector, volvemos a encontrar una profunda crítica hacia muchos estamentos de la sociedad, sobre todo a los políticos de cualquier clase, país o tendencia. El mismo humor negro que tan bien maneja el autor en una historia que tiene el mismo aire y al mismo tiempo es completamente distinto.

En este caso la protagonista se llama Nombeko Mayeki, una joven de Soweto, un rincón dejado de la mano de Dios y sumido en la más absoluta pobreza en Johannesburgo. Allí la conoceremos trabajando en un lugar destinado al vaciado de letrinas, con un jefe y una vida que solo la puede llevar a desaparecer a una edad muy temprana. Pero Nombeko tiene algo que hará que pueda escapar de ese destino que parece tener marcado desde su nacimiento. Además de ser muy espabilada e intentar sobrevivir a toda costa es un genio con los números, capaz de realizar las operaciones más complicadas en un tiempo récord, mucho antes que cualquiera de las personas que la rodean o que aparecerán en su vida a lo largo de la historia. Esa genialidad y el azar la llevarán a poder escapar a ese destino que conocemos al principio, para pasar por tal cantidad de aventuras que parecerá imposible que todo ello pueda pasarle a la misma persona. Su destino va a estar marcado por una línea llena de curvas, de altibajos, de sorpresas inesperadas y de personajes que se irán cruzando en su camino, sobreviviendo y ascendiendo siempre; pero también con malos y difíciles momentos. Así por su vida irán pasando desde un falso especialista en física nuclear, dos agentes del Mossad, tres chinas que se dedican a las falsificaciones, dos hermanos gemelos suecos que curiosamente tienen el mismo nombre, el rey de Suecia o dirigentes de países completamente alejados de la realidad en la que nace la protagonista. Así recorrerá un camino lleno de aventuras, llegando casi a ser pieza clave en la supervivencia de la humanidad y para el equilibrio político mundial y terminando su vida en un lugar y una situación con la que ella ni el lector podrían soñar en ningún momento.

Mantiene el mismo aire que su primera novela, pero a mí particularmente, aunque por poco, me gustó algo más esta. Me parece más divertida en muchos momentos, más ágil en cuanto a las situaciones que desarrolla, más movida y se lee avanzando casi sin darte cuenta. Una historia completamente desenfadada, llena de momentos tan ridículos que casi se los puede uno creer. Son muchos los momentos que sorprenderán al lector, que está esperando algo y lo que se produce es o lo contrario o algo que no tiene casi nada que ver. Personajes que parece que ya no van a tener importancia vuelven a aparecer como por arte de magia para tomar de nuevo parte importante en la historia. Situaciones que parecen irresolubles encuentran siempre un camino de salida en la imaginación del autor. Cierto es que el aire, la forma de contar, de escribir y de solucionar muchas cosas es completamente similar a aquella historia del abuelo centenario que un día decide escapar del asilo y se encuentra una maleta llena de dinero. También que los personajes tienen ese aire entre ridículo y real que tenían muchos de los de la anterior novela. Y aún así, coincidiendo en muchas cosas con la otra, tiene suficientes elementos como para seguir sorprendiendo al lector y entreteniéndolo de una forma muy efectiva.


Una historia que se desarrolla de una forma rápida, muy original y buscando siempre la sorpresa y la sonrisa del lector, llena de momentos que harán que posiblemente el lector pare un momento para digerir la situación. Unos personajes, del primero al último, realmente simpáticos y nada planos, cambiantes para adaptarse a las situaciones con las que se van encontrando. Una carga tremenda de humor negro, de cinismo, de crítica política sobre todo enfocada a los manejos y los acuerdos, a cómo juegan los políticos con las situaciones buscando la mayor parte de las veces más su propio bien que el bien común. Creo que es una lectura muy recomendable si queréis pasar un buen rato con algo que además de divertido tiene un fondo más que apreciable e interesante.

martes, 11 de agosto de 2015

"Bizancio", Stephen R. Lawhead


Ya dije que uno de los géneros literarios que más me gustan cuando están bien hechos es la novela histórica y hoy voy a escribir alguna cosa sobre una de las novelas históricas que más me gustaron. La verdad es que no es una novela reciente, pero para aquellos que me leen os recomiendo que intentéis conseguirla, porque realmente merece mucho la pena. El título es “Bizancio” y el autor Stephen R. Lawhead. Llevo muchos años siendo socio del Círculo de Lectores y allá por el año 1998 (que ya llovió) aparecía esta novela en su revista, no conocía de nada al autor, pero el tema de la novela y el resumen que aparecía me llamó la atención y como no había nada demasiado apetecible pues la pedí. Cuando empecé a leerla descubrí que fue una decisión completamente acertada.

Es un novelista nacido en Nebraska, Estados Unidos, en el año 1950. Fue profesor durante cinco años en la Universidad de Chicago y al mismo tiempo publicó diversos artículos y ensayos en revistas universitarias. Su interés por la cultura celta lo llevó a irse a vivir a Gran Bretaña, donde se dedicará exclusivamente a la literatura. Es autor de varias novelas que conforman ciclos, como el “Ciclo de Perdigón” o la trilogía “La canción de Albión” que lo convirtieron en uno de los autores más reconocidos de la literatura fantástica inspirada en leyendas arterias (reconozco que aún no leí ninguna de estas, pero también están en la lista de próximas lecturas), además de la serie de “Las cruzadas celtas” o las del “Rey Raven”. También escribió varias novelas infantiles también en varios volúmenes como las “Historias de Riverbank” o la serie “Howard”. “Bizancio” fue su primera incursión en la novela histórica, publicada en inglés en el año 1996. Tras esta otras dos obras del mismo género como “Avalón. La historia del rey Arturo” (1999), “Patrick” (2003) o “El señor del bosque” (2006). Por si a alguien le interesa tiene una página web, en inglés, claro: 

“Bizancio” está inspirado en la vida de San Aidano y relata el viaje realizado por este místico irlandés a las lejanas tierras de Oriente. Un viaje lleno de peligros y sorpresas que lo llevarán a contemplar la impresionante belleza de la capital bizantina y descubrir un mundo nuevo, dentro y fuera de él mismo. El protagonista es un monje, Aidan Mac Cainnech, que cree tener el don de ver el futuro en sueños. En uno de ellos contempla su propia muerte y no duda ni por un momento de la veracidad del mismo. Acabará sus días con sufrimiento y miedo en una lejana y hermosa ciudad llamada Bizancio. Cuando su abad lo selecciona para formar parte de un séquito de once monjes irlandeses que partirían hacia el Imperio Bizantino supo que su destino empezaba a correr hacia él y no iba a hacer nada por evitarlo. Parte con la misión de entregar al Emperador un valioso regalo, el Libro de Kells. Estamos en el siglo XI, los mares están llenos de vikingos y él nunca podrá imaginar que va a caer en manos de esos bárbaros. Este va a ser su primer contratiempo en su fascinante viaje. Será esclavo, embajador, espía, falso sarraceno..., y continuará su camino hacia el esplendor de las doradas cúpulas de Bizancio. Pero a medida que avanza va descubriendo que no todo está escrito, y mucho menos aún su destino, y que en muchas de las cosas que tendrá que hacer no se reconocerá a sí mismo.

La novela es tremendamente entretenida y fluida. La narración está hecha en primera persona y el monje es el personaje principal, tanto es así que a los demás igual les falta algo de profundidad, aunque tampoco es que sea demasiado necesaria y no estropea para nada la fascinación de la lectura, de las aventuras y, sobre todo, de los distintos grupos, sociedades y formas de vida con las que se va encontrando en su viaje, y la tensión argumental se mantiene perfectamente a lo largo de algo más de setecientas páginas. Esta narración en primera persona refleja perfectamente las contradicciones, las dudas que surgen en el protagonista, su evolución en su forma de ver la vida, la sociedad y a sí mismo. Quizá un defecto es que al final todo se resuelve algo más rápidamente de lo deseado, como si el autor pensara que ya se estaba alargando demasiado y decidiera terminar, pero esto no empaña demasiado la maravillosa lectura que estamos realizando.

El ritmo narrativo es trepidante y engancha rápidamente al lector y la historia es sencilla y directa, una lectura que se hace con facilidad y gusto, disfrutando de cada página y deseando constantemente ver qué va a pasar a continuación.

No es habitual que lea una novela más de una vez, pero esta la leeré dentro de poco por el buen recuerdo que tengo de ella. Os recomiendo si no la conocéis que intentéis haceros con ella, estoy seguro de que os va a encantar.

No había vídeo adecuado, así que os dejo uno sobre una de las últimas obras de este autor, a ver si también os animáis, yo pienso leerla.

jueves, 9 de julio de 2015

"Jurassic World"


En 1993 Steven Spielberg revolucionó de nuevo el cine de entretenimiento con una película que es ya un clásico para todos dentro de este género. No voy a descubrir ahora a nadie al director, desde mi punto de vista, que más ha hecho por el cine concebido como espectáculo y siempre con algo de calidad. Creo que solo un par de sus películas me han decepcionado un poco y la mayor parte de ellas figuran entre las más taquilleras de la historia del cine. Además son de esas que pasados unos años vuelves a ver con bastante agrado y siempre con una pequeña sonrisa de nostalgia en la boca, recordando lo mucho que habías disfrutado en el cine cuando la estrenaron. De entre todas ellas “Parque Jurásico” ocupa, para mí, un lugar especial. La cara de asombro que se te quedaba mientras avanzaba el metraje casi nos pudo llevar a algunos a desencajarnos la mandíbula, porque cada escena superaba a la anterior. Cada momento de tensión era seguido de otro aún mayor, y todo ello explicado y concebido de una forma tan lógica que casi parecía cierto. Aquellos dinosaurios para nosotros estaban completamente vivos, nada de efectos digitales ni cosas de esas, te lo creías a pies juntillas. Visto todo lo que se hace ahora en este campo aún tiene más mérito el trabajo realizado en aquel momento, donde las cosas aún eran un poco más difíciles. Para los que la vimos en aquel momento en el cine es difícil olvidar aquel Tiranosaurio Rex o, por supuesto, los malvados velocirraptores. 

Viene todo esto a que este último fin de semana tocó cine, que hacía tiempo que no pisaba una sala y la película que fuimos a ver fue la recientemente estrenada secuela de esta primera, “Jurassic World” (es que ahora parece más moderno mantener los títulos en inglés...). Cuando vi el trailer la verdad es que me llamó bastante la atención y viendo las cifras del estreno y el éxito de público me animé a verla, aunque en el fondo tenía bastantes ganas.

A ver, no aporta nada de nada al cine y, por supuesto, tampoco mejora en ningún momento al “Parque Jurásico” de los 90. Aún así es una película muy entretenida, las dos horas que dura se me hicieron realmente cortas, y merece la pena. Para el espectador actual, acostumbrado a ver de todo o casi todo en cuanto a efectos especiales, quizá no le sorprenda ni le diga demasiado. A mí personalmente me sigue pareciendo espectacular todo lo que se puede hacer ahora en ese campo, aunque en muchos momentos echo de menos los más artesanales de toda la vida, aunque se notaran un poco más. Para los que fuimos fans del original aún tiene más alicientes. La película está llena de guiños al espectador de aquellos años. Un edificio, una camiseta, un jeep... Pero por encima de todo destaca la genial y épica banda sonora de John Williams, compositor de una buena cantidad de muy recordadas bandas sonoras. Suena de fondo en muchos momentos, desde la espectacular presentación inicial del parque hasta otros de más tensión o que pueden recordar al original, no voy a decir cuáles, porque el que la vaya a ver, como yo, con el gran recuerdo de la primera los descubrirá con mucha facilidad.


La historia tampoco es nada del otro mundo, sigue la misma línea que la otra. Ser consciente de que no podemos dominar la naturaleza y mucho menos a unos grandes animales creados artificialmente y contra los que no es que estemos demasiado preparados. Vamos, que uno se descontrola y se lleva por delante todo lo que encuentra mientras nuestros héroes intentan que todo vuelva a la normalidad con el menor número de víctimas posible. Lo mismo pero cambiando un poco la situación, los personajes y poco más. Tampoco es que pueda dar mucho más de sí, es más de lo mismo, pero sigue siendo igual de entretenido y espectacular.

El director es Colin Trevorrow, un desconocido para mí y que poco más ha dirigido. De todos modos se nota perfectamente que detrás está la mano de Spielberg, que debió de estar a su lado casi en todo momento. El mismo tipo de escenas, de juegos con el espectador buscando el impacto o el salto en la butaca, el mismo tipo de humor para romper la tensión de algunas escenas... No está exactamente detrás de la cámara, pero sí muy cerca.

Y los actores tampoco es que sean demasiado conocidos. Alguno ya aparecía en la primera, pocos, claro. El resto son actores en crecimiento que se van buscando el sitio. El protagonista es Chris Pratt, al que pudimos ver, por ejemplo, en otro de los éxitos de estos últimos años, “Los guardianes de la galaxia”. La verdad es que está bastante bien en ese papel de galán aventurero muy al estilo de las películas antiguas, capaz de solucionar cualquier cosa. El papel femenino es para Bryce Dallas Howard, una actriz con algo más de cine a sus espaldas. En su caso pasó de no gustarme demasiado al principio a ir mejorando poco a poco a medida que avanza la película. Y a su lado un par de niños que dan el toque desvalido y a los que hay que ayudar y, por supuesto, los dinosaurios (y de entre todos ellos, como ya pasó antes, los raptores se comen a todos los demás, tanto en sentido cinematográfico como literal).

Lo que más me gustó es que en cuanto al diseño del parque, a la idea del mismo y como podría haber sido, mantiene la idea inicial de los 90 y se acerca bastante a cómo sería si no se hubiera producido el desastre. Está muy por encima de las dos secuelas que tuvo en 1997 (“El mundo perdido”, que aunque la dirigía Spielberg era regular) y en 2001 (“Parque Jurásico III”, que no me gustó demasiado) y quizá esta sería la mejor secuela que podíamos esperar. Aunque me temo que viendo alguna cosita del final quizá esta también tenga una continuación. Los dinosaurios tienen el mismo aspecto que en los 90, no cayendo en la tentación de intentar mejorar algo que los fans consideramos inmejorable. Quizá lo mejor de la película sea ese respeto a la estética de los 90 en casi todos los sentidos, y eso fue una de las cosas que más me gustaron y más me hicieron disfrutar de la historia.


A mí me gustó mucho, me pareció muy entretenida y con momentos realmente buenos. De todos modos sigo pensando lo mismo que ya he comentado en otras ocasiones. Cada día que pasa el cine de Hollywood está cayendo más en las continuaciones, en la filmación de nuevo de historias que ya no son nuevas, de volver a hacer lo mismo pero solo dándole algo más de espectacularidad. Cuando vimos esta nos pusieron el trailer de “Los Cuatro Fantásticos” y veo que, de nuevo, nos van a contar la misma historia de cómo se gestaron esos superhéroes. Por favor, no me volváis a contar la génesis, contadme una historia nueva que esa ya la vi no hace tanto tiempo. Lo mismo se puede aplicar a otras recientemente estrenadas, cosas como “Mad Max” o, como leí el otro día, una nueva versión de un clásico del cine de terror de mi juventud, “Poltergeist” (que también tenía guión de Spielberg, por cierto). Me parecen completamente innecesarias, seguiré con mis series de televisión, donde sigo pudiendo ver cosas más originales y con más calidad.

jueves, 11 de junio de 2015

"Better call Saul"


Hace tiempo que no comento ninguna serie de televisión. La verdad es que cada día aparece alguna nueva, pero no me doy puesto con ellas, primero queremos terminar aquellas con las que estamos, que sino mezclamos demasiado y nos volvemos un poco locos. Además cada día hay más y hay que ver a qué te enganchas, a cuáles le das una oportunidad y a cuáles no, que tampoco es cuestión de estar todo el día delante del televisor. Pero hace poco empecé a ver una a la que le tenía ganas por varias razones y no me está decepcionando nada.

“Breaking Bad” creo que va a ocupar el número uno de mi ranking particular durante bastante tiempo, sigo sin ver ninguna que sea capaz de arrebatárselo, aunque alguna se queda cerca. Durante su última temporada circuló que era más que probable que de ella surgiera lo que se llama un “spin-off”, un concepto que creo que todo aficionado conocerá. Por si acaso quiere decir que de un personaje más o menos secundario de una serie sale otra de la que será protagonista. Esto ha pasado en más de una ocasión con más o menos fortuna, porque lo que funciona dentro de un cierto ambiente o guión no tiene por qué funcionar de otra forma como personaje individual. Pero si hay un secundario de serie que mereciera tener la suya propia es el gran Saul Goodman, el abogado que se dedicaba a blanquear el dinero que ganaba Walter White con las drogas que fabricaba y vendía y que se anunciaba a lo grande en televisión, vallas publicitarias y demás. En esta serie la verdad es que sus apariciones eran antológicas y en más de una ocasión se comía a los verdaderos protagonistas de la serie. Así que algunos pensaron en seguir estirando el éxito de la serie contándonos la vida de este especial abogado antes de tener contacto con el mundo sórdido y violento de la serie original. Y de aquí sale la serie de hoy, “Better call Saul”.

Partamos de que los guionistas y productores de esta nueva serie son Vince Gilligan y Peter Gould, los mismos de la serie de la que salió el amigo Goodman. Y se nota en cada momento de los capítulos de este spin-off. El mismo tipo de ambiente, la misma forma de filmar y de presentarnos las escenas, los mismos y extraños principios de capítulo que te dejan siempre con muchas ganas de saber qué va a pasar. El mismo tipo de actitudes, de personajes extraños, histriónicos y atractivos, la misma intervención de la música para acrecentar la tensión de las escenas... Todo está presentado casi de la misma manera y es fácil pensar que en lugar de ver una nueva serie estás viendo una nueva temporada de la anterior pero cambiando un poco la historia. Cierto es que no está a la misma altura, eso es algo prácticamente imposible, pero no está demasiado lejos y resulta bastante atractiva, sobre todo si fuiste un seguidor de la misma. 

El mayor atractivo de la historia está en conocer capítulo a capítulo cómo llego este abogado a tomar contacto con los personajes de “Breaking Bad”, que hizo que se dedicara a los casos más sórdidos e ilegales, aunque en la serie original poco más sabíamos de lo que hacía, ya que estaba centrado en la historia que nos estaban contando. El inicio del primer capítulo es realmente genial. Vemos a un Goodman trabajando en un local de cafés y bollería, con un buen bigote y sospechando de casi todo lo que tiene alrededor. Cuando llega a casa se sirve una copa y mira con nostalgia los anuncios de “Mejor llame a Saul” que tantas veces vimos o escuchamos; y mientras lo hace unas lágrimas de pena y nostalgia van apareciendo en sus ojos. De estar en lo más alto en cierto sentido ahora se encuentra así. Y de ahí iremos a unos años, unos cuantos, antes. Veremos que en esa época no era aún Saul Goodman (aunque será un nombre que aparecerá algunas veces en historias de su juventud). Ahora es Jimmy McGill, un más o menos joven abogado que intenta hacerse un hueco en ese difícil mundo. Trabajando como abogado de oficio, cobrando una miseria, malviviendo y con un despacho que da más pena que otra cosa. Además tiene que encargarse de su hermano mayor, otro abogado que en este momento no ejerce por razones que descubriréis cuando veáis la serie. Y a su alrededor, además de las distintas historias, iremos viendo cómo aparecen algunos personajes con los que tendrá contacto después. Desde Tuco, el delincuente con el que también trabaja en la serie original, hasta otro de los personajes que también casi podría tener serie propia y que creo que meten aquí precisamente por esa razón. Era otro de los que tenían una intervención importante en las andanzas de Walter y Jessie, hablo de Mike Ehrmantraut, el casi solucionador al que tenía que recurrir para que arreglara muchos de sus desaguisados o les echara una mano con sus problemas; el ex-policía que tenía una hija con la que no se trataba y algunas cosas más (pues de esto también sabremos algo más y también como se conocieron él y nuestro protagonista, Jimmy).

Saul Goodman o Jimmy McGill, lo de menos casi es el nombre. Lo mejor es el personaje y cómo está planteado; y, sobre todo, como se va desarrollando la historia. Nos encontramos al principio a un abogado que lo único que quiere es sobrevivir a toda costa, labrarse un nombre en el mundo de los abogados y poder tener un sueldo que le permita vivir de la mejor manera posible. Veremos como algo antes era un pequeño delincuente y cómo algunos de esos delitos le llevan a intentar cambiar su vida. Poco a poco iremos viendo cómo llega a ser el abogado que conocimos antes, aquel al que la honradez y la legalidad le importa bien poco y que es capaz de jugar con toda la terminología legal para alcanzar su objetivo, principalmente ganar dinero. Aunque tiene ya ese aire veremos a un personaje algo más honrado, que quiere hacer las cosas bien pero al que esa actitud no le suele dejar demasiadas cosas buenas. Así que va a tener que optar por coger el camino del medio. 

Además de cómo se desarrollan las historias, que como dije tienen el mismo aire de humor negro que la serie de la que parte, lo mejor es el actor y el personaje. Bob Odenkirk borda el papel de Jimmy McGill, realmente bueno y brilla por encima de todos los demás. Un hombre que tiene más vidas que un gato y, como estos, siempre cae panza arriba. Con una verborrea impresionante que es capaz de sacarlo de casi todos los aprietos y problemas, y siempre se mete en bastantes. Que siempre tiene la idea adecuada para seguir adelante y sacar beneficio, que con su ágil mente es capaz de salir del agujero más grande. Y va a tener que enfrentarse a muchos, pero muchos problemas, muchas situaciones comprometidas que, aunque sabemos que no pasará, parecen que van a acabar con él. Eso sí, vamos a encontrarnos con esos extraños argumentos a los que estos dos guionistas nos tienen acostumbrados, que tienen tanto de geniales como de inesperados. En ese sentido uno de sus mayores méritos es que casi nunca vamos a poder deducir lo que pasará, las sorpresas están garantizadas y las cosas muchas veces no irán por donde esperaríamos. Y por supuesto tampoco faltará al genial humor negro al que nos acostumbraron, presente en muchos momentos y que hará que sea imposible no reírse a carcajadas en más de un momento, casi al mismo tiempo que puedes llegar a temblar por el límite al que llegan algunas situaciones.


Ya dije que evidentemente no está a la misma altura que “Breaking Bad”, pero tiene suficientes de los buenos elementos de esta como para gustar, y mucho, a los que la sufrieron y la disfrutaron. Es inevitable que nos la recuerde y está hecho a conciencia. Pero incluso los que no la vieron podrán disfrutar de esta, algo menos violenta y negra que la anterior, aunque también tiene sus cosillas. Solo me fastidia que sea de esas cortitas, diez capítulos forman la primera temporada, de la que llevo cinco, y tendré que esperar hasta el año que viene para poder ver la segunda. De momento me está gustando mucho, cincuenta minutos de buena televisión en todos los sentidos, ahora solo espero que en los cinco que me quedan para terminar no decaiga.

miércoles, 20 de mayo de 2015

"La ley de los justos", Chufo Lloréns

Hoy voy a dejar algunas impresiones sobre una novela que prácticamente acabo de terminar. De un autor que ya ha aparecido en varias ocasiones por aquí, creo que he comentado casi todas sus obras, y que nunca me decepciona. Es más, creo que en el género de la novela histórica, es el que se lleva todas mis preferencias en este momento muy por encima de otros quizá más reconocidos internacionalmente. Hablo de Chufo Llorens y su último trabajo de muy reciente publicación, “La ley de los justos”.

Me ahorro la reseña biográfica, ya que he comentado todas o casi todas sus novelas, así que podréis encontrarla navegando un poco por las entradas anteriores de este blog.

Lo primero que leí de él fue “Te daré la tierra” y me dejó realmente encantado, una buena novela histórica que transcurría en un tiempo muy pasado y muy habitual dentro del género. Luego llegué a una anterior, “La saga de los malditos”, que me pareció una historia entre dos tiempos muy compleja y realmente espléndida. Pero mis preferencias sobre este autor casi van cambiando con cada nueva historia y, tras la lectura de esta última y hasta que aparezca la siguiente, creo que me voy a quedar con “La ley de los justos” como la mejor novela de Lloréis.

En este caso estamos ante un relato que transcurre en la Barcelona de finales del siglo XIX. En ella transcurre la mayor parte del relato, con algunos momentos importantes que se van más allá del Océano Atlántico para llevarnos a Cuba durante la época de la guerra que terminará con la pérdida de la isla y otras colonias por parte de España. Como siempre en este tipo de novelas los personajes de ficción se van mezclando con los que realmente existieron, que en este caso son bastantes. Al mismo tiempo los hechos de ficción se juntan con hechos que realmente ocurrieron. La maestría del autor que hace esto está en que esa mezcla entre ficción y realidad sea tan buena que el lector casi no distinga cuáles son cuáles y todo parezca tan real como lo ocurrido en la historia. Aquí tenemos desde la Exposición Internacional de Barcelona hasta una serie de atentados anarquistas y otros importantes detalles. Tanto que durante la lectura y al terminarla me he ido a internet a buscar a varios personajes, a indagar en aquellos hechos históricos que el autor maneja con tal maestría que casi todo en la historia parezca creíble. Gracias a ello y a mi curiosidad me he enterado de muchas cosas que desconocía, algunas sorprendentes para mí. Por poner un ejemplo, sabía de la personalidad del poeta catalán Jacinto Verdaguer y de su condición de sacerdote, pero desconocía por completo su afición por las posesiones demoniacas y la realización de exorcismos, conferencias sobre el tema y demás. Hay otro personaje que tras la lectura descubrí que era más o menos real, aunque el autor reconoce una licencia en cuanto a su uso por haber vivido años después de lo contado en la novela. Me refiero a Pancarta Betancourt, un personaje estremecedor y del que no voy a decir nada más, leed la novela y seguro que cuando lleguéis al final, a las notas del autor, iréis como yo a internet a investigar un poco al personaje real al que refleja.

Como en todos estos casos la historia circula alrededor de varias familias que van entrecruzando sus destinos de diversas y variadas maneras. Algunas de ellas de la alta burguesía barcelonesa y otras de los demás estamentos sociales. Creo que no queda ni un solo grupo social sin aparecer en la historia en mayor o menor medida y casi ningún tipo de acontecimiento que no podamos encontrar en la historia. Economía, música, guerra, historia y todo ello entrecruzando los destinos de estas familias.

Los Bonafont, con Juan Pedro como uno de los protagonistas centrales de la historia, junto con su hermano Máximo y su madre Luisa. La familia de clase baja que trabaja para poder subsistir de la mejor forma posible.
Los Ripoll y los Guañabens son los representantes de esa alta burguesía barcelonesa, comerciantes y dueños de negocios tanto en la ciudad como en la lejana Cuba con el comercio de tabaco y otros productos fundamentalmente.
Claudia Codinach es otra de las mujeres importantes en la historia, una joven cantante de ópera que pretende ser alguien en un mundo complicado donde es difícil triunfar sin buenos padrinos y maestros. 
Alfredo Papirer, otro de los elementos que vive a la sombra de Germán Ripoll, que es el protagonista antagonista de la historia.
Y a su alrededor criados, militares, marinos, esclavos, dueños de plantaciones sin escrúpulos unos y con ellos otros..., un auténtico conglomerado de personajes para montar una historia fantástica y realmente entretenida.

En el fondo, como casi todas estas historias, el centro es una historia de amor entre dos personajes llena de problemas y dificultades, de muros que se alzan entre ellos por la diferencia de clase social (no desvelo demasiado porque aparece ya en las primeras páginas) y de gente que los ayuda y de otra que impide por completo la relación. Junto a esta todo este gran grupo de personajes hace que todos los grandes temas aparezcan en el relato perfectamente engarzados. La envidia, las ganas de crecer social y económicamente, el egoísmo que mueve a muchos de ellos, la supervivencia de los pobres, los abusos... En el fondo no deja de ser un gran folletín decimonónico, dejando claro, como he escrito en otras ocasiones, que no le doy a esta palabra un sentido peyorativo. El género de las novelas por entregas de finales del XIX sigue presente por completo en este tipo de historias. En aquel momento la entrega acababa siempre en un momento culminante que hacía que el lector estuviera esperando con ganas la siguiente. En este caso tenemos la ventaja de que al acabar el capítulo en una situación de tensión o incertidumbre ya tendremos el siguiente a nuestro alcance.

Es una novela muy larga, quizá de las más extensas que he leído últimamente, pero como en las demás de este autor, he disfrutado por completo de cada página. He sufrido, me he alegrado y en más de un momento quizá he lanzado un improperio por la profunda maldad de algunos personajes y el daño que le pueden hacer a otros. Es una historia triste en muchos momentos, dura en otros y llena de oscuridad y negrura, de personajes tan egoístas que son capaces de cualquier cosa por conseguir sus objetivos. Y en más de una ocasión, aún esperándolo, me he sorprendido por el giro que toman los acontecimientos. En ningún momento se me ha hecho larga o pesada, todo lo contrario. La verdad es que es de las pocas últimamente que me ha llevado a dejar otras cosas para poder seguir con la historia de Juan Pedro y Candela y todos los demás personajes que circulan a su alrededor y sus historias, que son muchas y muy bien contadas. La verdad es que al final se me ha hecho hasta corta y no tenía demasiadas ganas de acabarla.


Para mí una novela muy recomendable para los aficionados a la novela histórica y a los relatos complejos, bien contados y variados tanto en situaciones como en personajes. Tan bien contada que es fácil imaginar todo lo que estás leyendo a medida que lo vas haciendo, tan cinematográfica como todas las anteriores. Estoy seguro de que si fuera un autor extranjero sería uno de esos best-seller internacionales que tan bien se venden. Ahora a esperar por la siguiente, que tardará, porque el trabajo de investigación que tiene detrás “La ley de los justos” es complejo y exhaustivo, aún así la espero con ganas.