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martes, 15 de abril de 2014

"París", Edward Rutherfurd



Hace ya algunos años llegó a mis manos una novela del autor de hoy. Era una novela histórica bien larga pero que me había gustado mucho y creo que fue una de las responsables de mi afición por este género. Luego vinieron otras muchas, y más que vendrán, pero no suelo perderme ninguna de las de este autor, que ya estuvo por aquí en un par de ocasiones. Aquella primera novela era “Londres” y el autor Edward Rutherfurd. Por aquí pasaron “Rusos” (que me encantó) y “Nueva York” (que me gustó, pero menos que otras). Recientemente apareció su última obra, en la misma línea que el resto de su producción aunque con unas leves diferencias que comentaré posteriormente. En este caso dedicada a una de las ciudades más famosas y hermosas del mundo, la novela se titula “París”.
No dejo reseña biográfica porque podéis buscar esos datos en los comentarios de sus otras dos novelas, “Nueva York” en febrero de 2011 y “Rusos” en septiembre del mismo año.

Autor especializado en contarnos la historia de una ciudad o un país casi desde sus inicios y siempre, o casi siempre, siguiendo un orden cronológico y a veces empezando muy, pero muy atrás en el tiempo. Sus historias siempre son amenas e interesantes, llenas de datos fruto de un gran trabajo de investigación y con una gran cantidad de datos históricos perfectamente introducidos dentro de la trama. Los personajes principales siempre son ficticios, pero a su lado siempre aparecen los correspondientes históricos para dar mayor credibilidad a las líneas argumentales principales. Sus primeras obras, tipo “Londres” o “Rusos” me parecieron realmente interesantes y con historias que te animaban continuamente a seguir leyendo. A su lado siempre esos datos históricos que hacían aún más interesante la lectura. Pero la novela anterior a esta, “Nueva York”, a pesar de seguir esa línea me dejó un poco más indiferente, como si le faltara algo o fuera escrita con menos atención o más rapidez que las anteriores. Le faltaba ese punto, ese algo especial, incluso las relaciones entre los personajes y algunas situaciones quedaban un poco frías, como si el propio autor no se creyera demasiado lo que estaba escribiendo. Aún así me gustó, era una historia que llamaba en muchas cosas la atención y tenía buenos momentos.
Pues algo parecido me pasó con esta de hoy. “París” es una buena novela, una lectura que se hace de un modo fluido y ameno pero a la que, desde mi punto de vista, le falta algo más. De momento no sigue la línea habitual del lector. Como dije ya sus historias siguen siempre una línea cronológica, que suele empezar con la fundación del país o ciudad para ir avanzando poco a poco y centrándose en la historia a lo largo del tiempo de tres o cuatro familias y las relaciones entre ellas y los hechos históricos fundamentales que les rodean. En este caso la narración no es cronológica, el autor va alternando más o menos entre dos épocas, una a caballo entre los siglos XII y XIV y la otra entre el XIX y el XX fundamentalmente. Conste que no se hace problemático para la lectura, casi capítulo a capítulo saltamos de un momento a otro sin que la lectura se vea demasiado perjudicada, pero sí que puede hacer que se pierda un poco la línea argumental y el dramatismo de algunas situaciones. Claro que sirve para entender mejor, y de forma inmediata, otras muchas, al ver las consecuencias en el futuro de algunos hechos del pasado, pero no me acabó de convencer. 

Y también creo que se aleja un poco del concepto de novela histórica que se percibía en sus obras anteriores. En este caso se centra mucho más en la historia de las familias que en darnos datos referidos a la ciudad, cuando en realidad muchos de ellos se refieren a Francia en general más que al desarrollo y crecimiento de la ciudad que da título a la novela. Para mí es más un relato de aventuras, amores y vicisitudes de las cuatro familias protagonistas que de la ciudad de París como pasaba en otras. En esas anteriores ya sea Rusia, Londres o incluso Nueva York aparecían casi como un personaje más, cuando a mí me dio la impresión en esta de que no es más que el marco en el que transcurren diversas historias y solo aparece la ciudad en algunos momentos puntuales.

Cuatro familias centran el argumento, cada una representa un grupo social y sus integrantes irán cruzando sus caminos entre las distintas épocas. Los De Cygne representan a la nobleza, desde la medieval, la de la Revolución Francesa o la del siglo XX. Los Blanchard son la clase media, los comerciantes que llegarán a tener una  buena posición gracias a sus negocios. Los Le Sourd son una familia de clase baja, participando de las revueltas de 1789 y de algunas de las posteriores. Y los Gascon representan a la clase obrera, aunque alguno llegue posteriormente a tener algún negocio más o menos importante. Todos ellos, desde su lugar, irán sobreviviendo y pasando por los momentos más importantes de la historia de Francia, teniendo casi siempre una parte importante en los acontecimientos. En todas ellas hay algún personaje que destaca por encima de los demás y que aparecerá como más importante o atrayente para el lector. Quizá de todos ellos me quede con Marc Blanchard y, sobre todo, con Luc Gascon que son los que guardan más sorpresas en sus vidas. Todos ellos tendrán su momento de importancia en el argumento, desde la Revolución hasta la construcción de la Torre Eiffel (quizá una de las partes de la historia que más me gustó y en la que más se alarga el autor). También una buena cantidad de personajes femeninos que serán fundamentales en la trama y que gustarán al lector en todo momento aparecen en cada una de las épocas.

No es que la novela no me gustara, que lo hizo. Como todas las del autor me pareció muy entretenida, de lectura amena y que se sigue muy bien y con mucho agrado. Quizá también pueda influir que el entorno histórico que la rodea es más conocido para el lector de este género, sobre todo en la parte que transcurre ya en el siglo XX y por ello los datos que nos da el autor son más sabidos que en otras historias del género. El desarrollo de personajes es como siempre muy bueno e interesante y la forma de entrecruzarlos en todo momento está perfectamente diseñada pero me quedó la sensación de que le faltaba algo más, ese punto que tenían otras y que aquí no encontré. Creo que es una novela recomendable que no defraudará al lector. Como todas las obras del autor es larga pero no se hace nada pesada, siempre está pasando algo y no hay momentos de relleno o vacíos, que no aporten nada a la historia principal. Pintores, artistas, políticos, escritores, intelectuales... Muchos y muy conocidos personajes históricos se cruzarán con nuestras familias y en ningún momento aparecerá como algo forzado. Como he dicho en otras ocasiones uno de los méritos del autor es que sabemos que esas familias ficticias que al autor crea para desarrollar su historia no existieron, pero podrían haberlo hecho tranquilamente. En ese sentido me convenció más que “Nueva York”, donde algunos personajes y situaciones chirriaban un poco y te dejaban frío. Aquí la mayor parte de ellos son más complejos, más creíbles y menos planos que en la anterior.


Ya os digo, os la recomiendo si os gusta el género. Estoy casi seguro de que os va a gustar y tendrá momentos que os llamen más que otros. Para mí algo irregular, con situaciones y relaciones realmente interesantes y otras (menos) que no lo son tanto pero que no hacen que decaiga demasiado el interés por la lectura. Ya me diréis que os pareció.